Por experiencia de un empleado entendemos el ciclo de vida de un trabajador, desde su incorporación, hasta su marcha de la empresa. Del mismo modo, este concepto también hace referencia a la percepción que tiene un trabajador de su día a día en su puesto de trabajo, además de su interacción con el resto de miembros de la organización.
El alto nivel de desempleo hace que cuando se publica una oferta de trabajo se presenten cientos de candidatos. Este factor, sumado a la diversidad de perfiles, puede hacer que se tarde varios meses en encontrar al empleado perfecto. Sin embargo, partir de una gran cultura empresarial, con una organización centrada en las personas y su experiencia, puede contribuir
no solo a acortar el proceso, sino también, y lo más importante, a atraer a los mejores candidatos.
Cuando se trabaja por la experiencia de los empleados tratamos de hacer que las personas se sientan bien con el trabajo que realizan diariamente y también que tengan buena relación con la empresa para la que trabajan. Es decir, que las personas no sientan cada mañana frustración, estén felices y con ganas de ir a su trabajo.
Al fin y al cabo, si un empleado tiene experiencias positivas en su trabajo sentirá que es especial, está en un entorno bueno y que aporta a la empresa con su trabajo. Y puesto que lograr este tipo de experiencias no está reservado en exclusiva para empresas de la élite, ha llegado el momento de que todas las organizaciones ya sean más grandes o más pequeñas se
centren en la experiencia de los empleados para contratar al personal adecuado desde el mismo proceso de selección de personal.
Si quieres comenzar con el Talento de las empresas y a atraer a nuevo, puedes ver nuestra herramienta científica que une el DISC con sus motivadores. Esta herramienta te ayudará a saber más del empleado y así llegar a un punto óptimo entre empresa y trabajador.