Comencemos diferenciando ambas habilidades. ¿Son las habilidades blandas más importantes que las duras, o es al revés? Y, si las soft skills son tan importantes, ¿hay esperanza si te falta algo en ese departamento?
Las Habilidades Duras (Hard Skills)
Las habilidades duras son competencias funcionales, técnicas o medibles. Algunos ejemplos son el cálculo, la lectura, la escritura, la mecanografía, la contabilidad, el trabajo con dispositivos técnicos y la programación informática, por nombrar algunos. También pueden serlo los conocimientos profesionales específicos, como el conocimiento de la anatomía humana o la economía china. Las habilidades duras son aquellas que se pueden validar mediante exámenes individuales, pruebas o trabajos. Los resultados pueden compararse con un conjunto de criterios predefinidos.
Las Habilidades Blandas (Soft Skills)
Las soft skills son difíciles de medir objetivamente. A menudo, las llamamos habilidades personales. Cualidades de liderazgo, el trabajo en equipo, escuchar a los demás o inspirar a un público. Las habilidades blandas no se refieren únicamente a los demás, sino que también pueden aplicarse a uno mismo. Estas habilidades no se pueden medir mediante pruebas con criterios definidos. La ausencia o presencia de una habilidad blanda sólo se mostrará en respuesta a una serie de situaciones diferentes y variadas.
Entonces, ¿Cuáles son más Importantes?
Ambos tipos de habilidades son importantes. Ciertas profesiones requieren habilidades duras muy específicas y bien desarrolladas. Sin ellas, fracasarías al instante. Pero incluso en ese caso, las soft skills te ayudarán a desarrollar y utilizar tus habilidades duras con éxito.
Imagina lo que ocurre si eres un neurocirujano brillante (habilidades duras), pero tienes mal carácter (Soft Skills). O como bombero, puedes nadar muy rápido (habilidades duras), pero no puedes cooperar con tus compañeros de equipo (Soft Skills). O eres un formador o entrenador certificado de TTISI (habilidades duras) pero tienes dificultades para escuchar a los demás (Soft Skills). No es tan difícil predecir que puedes tener dificultades para salvar las vidas que pretendes salvar o para ayudar a tus clientes a desarrollarse.
¿Por qué la Importancia de las Soft Skills (Habilidades Blandas) hoy más que nunca?
Hace sólo unas décadas, un cliente dependía principalmente de la oferta. Hoy en día, un cliente tiene tantas opciones que la experiencia de compra se ha convertido en un concepto clave. Quien ofrezca el producto y/o el servicio más flexible, atractivo, fiable e innovador, se gana la preferencia del cliente.
Hoy en día, se puede comprar asesoría, consejería, coaching o apoyo en todos los ámbitos laborales y de la vida, servicios prestados por profesionales emprendedores. Dado que el servicio es un producto menos tangible, las soft skills son vitales para marcar la diferencia en un mercado lleno de compradores bien informados y asertivos. Cómo manejar el estrés o cómo dirigirse a los clientes actuales puede marcar la diferencia entre el éxito y el fracaso.
Ambos Tipos de Habilidades son Necesarias para Lograr el Éxito
Sigue siendo absolutamente necesario contar con habilidades duras en un mercado cambiante. Sigue siendo crucial que un conductor de autobús tenga una licencia, que un juez conozca la ley y que un piloto sepa pilotar un avión. Y ciertamente es útil que un profesor de matemáticas pueda seguir diciéndonos qué significa realmente el teorema de Pitágoras.
En la era del cliente informado, las soft skills son más importantes que nunca. Las habilidades blandas harán que sus habilidades duras sean más valiosas. Son como el aceite que hace que un motor funcione bien. Como el Dr. Watson junto a Sherlock Holmes. Si crecen juntos de forma simbiótica, ambos se convierten en un punto de compra único para tus clientes.
Conclusión
La buena noticia es que, al igual que las habilidades duras, las soft skills pueden desarrollarse. Sin embargo, requieren un enfoque de aprendizaje diferente. Todo empieza por conocerse a sí mismo, por ejemplo, cómo tiendes a hacer las cosas, qué te motiva y cómo respondes a la retroalimentación. Con una buena dosis de introspección, algo de paciencia y la voluntad de mejorar, puedes desarrollar soft skills que pueden ayudar a sacar lo mejor de todas esas habilidades duras que has aprendido a lo largo de los años.
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