¡Las Selfies están en todas partes! ¡Las personas las hacen con su comida, sus amigos, sus mascotas y sí, incluso mientras hacen cara de pato!
Pero hay un lado oscuro en las selfies. El Washington Post informó que más de 250 personas en todo el mundo habían muerto tomando selfies en un año. En cada caso, la persona que tomó la selfie no era consciente del peligro inminente. Parece que somos un pueblo preocupado por las selfies. Y cuanto más nos preocupamos, menos conscientes nos volvemos.
En un mundo con cada vez más “Yo primero”, un retorno a la autoconciencia puede ser justo lo que necesitamos para sobrevivir. ¿Qué es la autoconciencia y cómo una persona puede aumentar este valioso recurso personal?
¿Qué es la autoconciencia?
La autoconciencia se trata de ser consciente de nuestros propios sentimientos, motivaciones y deseos sin ser absorbido por éstos.
¿Cómo saber cuando alguien está más centrado en sí mismo que consciente de sí mismo? Aquí hay algunos ejemplos que puedes experimentar en tu vida cotidiana:
Las personas que carecen de autoconciencia a menudo tienen una respuesta para todo. No esperan para escuchar a la otra persona. ¿Por qué? Tienen un punto que quieren transmitir y si no lo comparten, podrían olvidarlo.
Las personas que carecen de autoconciencia parecen impacientes cuando se trata de cambiar. Ellos creen que el cambio debería ocurrir de inmediato. Y no importa qué más suceda a su alrededor o en la vida de los demás. Quieren un cambio y lo quieren ahora.
Las personas que carecen de conciencia de sí mismos pueden ocasionalmente intimidar a otros. Incluso si otros los alertan de ese hecho regularmente, aún les cuesta creerlo. Creen que tienen derecho a sus fuertes opiniones sobre las personas y las situaciones y rara vez se detienen. Cuando se ponen en marcha, pueden atacar e incluso menospreciar a las personas sin darse cuenta. En sus mentes, creen que solo están diciendo la verdad.
Las personas que carecen de conciencia de sí mismos creen que rara vez tienen la culpa. Creen que son más inteligentes y trabajan más duro que nadie. Creen que llevan el peso del mundo sobre sus hombros y que todos los demás deberían seguir con su programa. Raramente consideran que pueden ser parte del problema, no necesariamente la solución.
Las personas que carecen de autoconciencia pueden parecer autorizadas. A veces, el título de una persona impulsa este comportamiento. Podría ser un C.E.O., un profesor o el fundador de una empresa. Internamente, creen que han subido la escalera, pagado el precio y sienten que otros deberían reconocerlos y respetar su posición. Pueden sentir que su título y el poder que conlleva, les da un pase libre para vincularse con los demás.
Las personas que carecen de autoconciencia a veces usan los medios necesarios para lograr sus objetivos. Viven según la filosofía de “fingir hasta que lo consigas”. Su personalidad pública (¡especialmente en las redes sociales!) Es de éxito financiero, relacional y comercial. Raramente hablan de sus luchas o fracasos. De hecho, es lo opuesto. Harán lo que sea necesario para verse bien y a menudo, pueden llegar a ser extremos para que eso suceda.
¿Cómo mejorar la autoconciencia’
Ser más consciente de sí mismo no es tan fácil como pulsar un interruptor, pero hay algunas pautas a seguir que ayudarán en el viaje.
Primero, preguntar. Pedir ayuda. Eso suena simple y lo es, pero no siempre es fácil. Pedir ayuda nos hace sentir vulnerables y ese es el punto. Asegúrte de pedir ayuda a alguien de tu confianza. Y cuando te den su opinión, no discutas. En cambio, actúa implementando los cambios necesarios.
Segundo, esperar. Espera para responder a ese whatsapp, correo electrónico, publicación de Facebook o conversación. Nadie se arrepintió de una breve pausa antes de responder a una situación. Viktor Frankl lo expresó mejor cuando dijo: “Entre el estímulo y la respuesta hay un espacio. En ese espacio está nuestro poder para elegir nuestra respuesta. En nuestra respuesta yace nuestro crecimiento y nuestra libertad ”. Aprender a pausar cuando es necesario te pone nuevamente en control y te permite responder en lugar de reaccionar.
Tercero, evaluar. No sabes que tienes un problema hasta que se diagnostica el problema. Las evaluaciones son una herramienta efectiva que puede ayudar a medir el nivel de inteligencia emocional de una persona, que es el primer paso en el camino para mejorar la autoconciencia. Si no sabse dónde está, no puedes llegar a donde necesitas ir.
Cuarto, quitar. Aléjate de las personas y situaciones, cuando puedas, que obstaculicen tu autoconciencia. Estar cerca de personas egocéntricas puede impactarte negativamente. El autor y orador Jim Rohn dijo una vez: “Eres el promedio de las cinco personas con las que pasas más tiempo”. Probablemente sea más que eso, pero el punto es claro: asegúrate de que las personas que te rodean también te castiguen.
Quinto, extraer. Extrae lo que aprendes de cada encuentro, conversación o evento. Cada experiencia es una oportunidad de aprendizaje que puede ayudarte a desarrollar la autoconciencia. Aquí es donde el diario puede ser de gran ayuda. Mantener un diario de los eventos importantes, las personas que conoces, lo que aprendiste y lo que necesitas cambiar, es una gran herramienta para facilitar el cambio en tu vida.
Hacia el siguiente paso
Desarrollar la autoconciencia puede parecer mucho trabajo, pero debes verlo como una inversión en tu recurso más importante: VOS. Una vez que comiences a cultivarlo, la autoconciencia se vuelve más fácil con la práctica. Solo recuerda el acrónimo A.W.A.R.E. – Preguntar, esperar, evaluar, eliminar y extraer y hacé que la autoconciencia trabaje para vos. La mayoría de las personas quieren dejar su pequeño rincón del mundo mejor de lo que lo encontraron. Ese viaje comienza aquí.