¿Recordás ese maestro especial en la escuela? Hay maestros que por su talento, su pasión y sus habilidades al enseñar fuera de la caja, hacen que una aburrida clase de matemáticas pase volando. Este tipo de maestros, son un gran ejemplo de alguien bien desarrollado tanto en habilidades duras como blandas.
También existen profesores y maestros realmente competentes en la materia que enseñan, pero que carecen de empatía, liderazgo y capacidad para motivar. Haciendo sus clases aburridas, frustrantes y posiblemente desmotivadoras. Si bien en estos casos las habilidades duras están presentes, la falta de habilidades blandas impide hacer una conexión real con sus estudiantes. Simplemente nos “enseñan” un tema, en lugar de inspirarnos a aprender.
Esto nos lleva a una pregunta muy válida: ¿cuál es la diferencia entre las habilidades duras y blandas? ¿Son las habilidades blandas más importantes que las habilidades duras, o es al revés? Y, si las habilidades sociales son tan importantes, ¿hay esperanza si faltan?
¿Qué son las habilidades duras?
Las habilidades duras son medibles, funcionales o técnicas. Son habilidades que se pueden ver a través de exámenes individuales, exámenes o tareas. Los resultados pueden compararse con un conjunto de criterios predefinidos y difíciles.
¿Qué son las habilidades blandas?
Las habilidades blandas son difíciles de medir objetivamente. A menudo, los llamamos habilidades personales. Habilidades como las cualidades de liderazgo, trabajar en equipo, escuchar a otros o inspirar a una audiencia.
Lo difícil de las habilidades sociales es que no se pueden medir sobre la base de pruebas basadas en criterios. La ausencia o presencia de una habilidad suave solo se mostrará en respuesta a una serie de situaciones diferentes y variables.
¿Cuál es más importante?
Ambos tipos de habilidades son importantes. Ciertas profesiones requieren habilidades muy específicas y bien desarrolladas. Pero incluso, las habilidades blandas lo ayudarán a desarrollar y usar tus habilidades duras con éxito.
Imagina si fueras un neurocirujano brillante (habilidades duras) pero sos poco paciente (habilidades blandas). O como bombero podés nadar muy rápido (habilidades duras), pero no podés cooperar con tus compañeros (habilidades blandas).
Las habilidades suaves le permiten al neurocirujano seguir cortando los vasos sanguíneos con precisión incluso cuando la enfermera de la sala de operaciones lo sigue molestando. Las habilidades suaves le permiten al bombero trabajar junto con sus compañeros de equipo para sacar a una víctima del vehículo en el agua. ¡Las habilidades blandas son la clave del éxito!
Ambas habilidades son necesarias para tener éxito.
Todavía hay una necesidad absoluta de habilidades en un mercado cambiante. Sigue siendo crucial que un conductor de autobús posea una licencia, un juez conocer la ley y un piloto poder volar un avión. Y es útil si un profesor de matemáticas puede continuar diciéndonos lo que realmente significa el teorema de Pitágoras.
En la era del cliente, las habilidades sociales se vuelven más importantes que nunca. Las habilidades blandas harán que tus habilidades duras sean más valiosas. Son como el aceite que hace funcionar un motor sin problemas. Como el Dr. Watson al lado de Sherlock Holmes.
Conclusión
La buena noticia es que, al igual que las habilidades duras, definitivamente se pueden desarrollar habilidades blandas. Sin embargo, requieren un enfoque de aprendizaje diferente. Todo comienza con conocerse a sí mismo, por ejemplo, cómo tendés a hacer las cosas, qué te impulsa y cómo respondes a los comentarios. Con una buena cantidad de introspección, algo de paciencia y la voluntad de mejorar, podés desarrollar habilidades sociales que pueden ayudar a sacar lo mejor de todas esas habilidades difíciles que has aprendido a lo largo de los años.