El Dr. Ron Bonnstetter y Bill Bonnstetter han realizado un interesante estudio bajo la premisa “Palabras que no funcionan”. Si las palabras son el elemento constitutivo de la comunicación, ¿cómo es posible hablar de términos que no funcionan? ¿Realmente determinadas palabras pueden actuar como barreras en el proceso comunicativo?
La respuesta es sí, nuevos hallazgos del estudio piloto llevado a cabo por Target Training International’s Center sugieren que la forma en la que nos comunicamos con el resto de personas, y sobre todo las palabras que utilizamos para el desarrollo de esta comunicación son de vital importancia para el éxito de la misma.
La comunicación, especialmente la comunicación verbal, es de vital importancia para el ser humano ya que gracias al lenguaje las personas pudieron compartir sus ideas y relacionarse con el resto de sujetos y, como sabemos, las relaciones interpersonales constituyen una necesidad básica para los individuos.
En función de los valores, creencias y motivadores de cada persona es posible que sienta rechazo por determinados temas de conversación y que evite hacerlos aparecer en su discurso, sin embargo también existen palabras que pueden afectar a la comunicación en función del Estilo Dominante de Comportamiento de cada uno.
De hecho, cada persona tiene un conjunto de palabras, a las que llamaremos “palabras desencadenantes”, que pueden producir una reacción precognitiva negativa en el cerebro (antes incluso de que la persona pueda procesar sus pensamientos). Estos conjuntos de términos, como ya hemos mencionado, están determinados por el Estilo de Comportamiento –podéis profundizar en los procedimientos que se han llevado a cabo en la investigación para la obtención de resultados descargando el estudio completo-.
Estas palabras pueden provocar tres diferentes reacciones en la actividad cerebral: es posible que se genere una mayor actividad gamma en el lóbulo izquierdo, que representa Aceptación, que suceda lo contrario y la actividad se genere en el lóbulo derecho, lo que significaría Rechazo y finalmente que no existan diferenciaciones en el nivel de actividad entre ambos lóbulos que daría como resultado una situación de Simetría Neutral que denota una ausencia de preferencia.
También existen diferencias en el grado de las respuestas en función del Estilo de Comportamiento. Por ejemplo, las personas con Estilos de D y C altos muestran un grado de evitación mayor que los individuos con Estilos I o E.
Además los sujetos con una Alta D fueron más críticos con las palabras que el resto de estilos. Las personas con Estilo predominante I son, en general, más comprensivos. También podemos destacar que los sujetos con Estilo de Comportamiento de Cumplimiento presentan el mayor grado de rechazo, frente a los S Alta que presentan el menor.
Tener a nuestro alcance esta información nos permite conocernos mejor a nosotros mismos y a la vez saber cómo entender a los demás y cómo actuar con ellos. El éxito en la comunicación es crucial para establecer alianzas y construir relaciones. ¿Quieres conocer las claves para conseguirlo?
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