Los líderes de las organizaciones tienen el desafío constante de encontrar maneras de ser más productivos, más eficientes y de aumentar la rentabilidad. Los líderes esperan mucho de sus empleados y, a menudo, los presionan para lograr los resultados deseados. Para algunos, cuando los resultados no coinciden con los objetivos, no se miran en el espejo y culpan de sus fallas y deficiencias a su gente.
5 pasos para el crecimiento
¿Cómo salen los líderes de la trampa de creer que “la gente” es el problema?
- Tomar conciencia de sí mismo. Culpar a los demás no promueve tu mayor potencial como líder. Estar presente en el momento en que te comunicas con los demás y ponerte en su lugar te ayudará a lograr su respeto.
- Permitir el crecimiento personal. Tener un momento de “Ajá” es un buen comienzo, pero expandir esta percepción al aprender nuevas formas de pensar, hablar y actuar establecerá tu credibilidad como líder.
- Predicar con el ejemplo. Tomar su autoconciencia recién descubierta y practicarla con el tiempo mejorará tu capacidad para convertirte en un mejor líder.
- Ganar impulso. La gestión mediante el ejemplo lleva a un impacto y crea relaciones mayores que producen mejores resultados. La consistencia da credibilidad.
- Repetir. Para continuar tu viaje de crecimiento, necesitarás repetir este proceso una y otra vez.
Que la gente no es el problema, no quiere decir que sean perfectos. Darle a los empleados los recursos que necesitan para realizar, el estímulo que necesitan cuando luchan y los elogios que merecen cuando tienen éxito, les ayudará a sentirse valorados y le ayudarán a maximizar su productividad.
El líder no tiene que ser el punto focal
Tal vez no se trata solo de los números. Tal vez no se trata de que las personas siempre se unan en torno a mis objetivos y visiones. Tal vez no pretendo ser el centro del universo en el que gira mi negocio. Quizás se trata más de algo que trasciende las cosas en las que nos hemos centrado durante todos estos años.
Como líder, debe ser mi punto focal, ayudar a mi gente a obtener las cosas que son más importantes para ellos.
Una posibilidad más profunda
Tal vez las personas no son nuestro problema en absoluto. Mirándolo desde una perspectiva completamente diferente, tal vez sean el catalizador de nuestro propio viaje de crecimiento y cumplimiento. Tal vez estén allí para ayudarnos a encontrar nuestro camino, al igual que los líderes los ayudamos a encontrar el suyo.
Cuando se trata de crecer como líderes, ¿podemos suspender el juicio en torno a nuestras propias ideas sobre nuestros negocios y descubrir nuevas formas de pensar al escuchar, realmente escuchar con atención, sus ideas, sus frustraciones o sus preocupaciones? ¿Es posible que se obtenga un mayor beneficio al comprender qué es lo que más les importa y por qué?
Perspectivas diferentes
Sé que necesitamos personas que puedan responder de inmediato a los desafíos y otras que serán más deliberadas y cuidadosas en su respuesta. Sé que necesitamos personas que sean naturalmente escépticas e insistirán en hechos o en una lógica bien probada antes de comprometerse con una gran idea.
Por supuesto, también necesitamos personas que se incorporen temprano, incluso cuando no tienen los hechos o un plan detallado. Necesitamos personas que sean agentes de cambio, pero también necesitamos personas que frenen el cambio hasta que tenga sentido para ellos y puedan ver un camino claro hacia el éxito. Necesitamos personas que sigan las reglas y necesitamos personas que desafíen o, a veces, incluso ignoren las reglas.
Nos beneficiamos de aquellos que piensan desde una perspectiva estructurada, así como de aquellos que son receptivos a cosas nuevas cuando se trata de métodos y sistemas.
Consideramos que algunas personas, cosas o ideas, son mejores de lo que realmente son, o podemos verlas como peores de lo que son. Estos sesgos, cuando los entendemos profundamente, nos ayudan a ver con mayor claridad y descubrir caminos que siempre estuvieron ahí pero que aún pueden ser invisibles para nosotros como líderes.
Conclusión
“Mi gente” ofrece exactamente lo que necesito para tener éxito; intersecciones de estilos, fuerzas impulsoras, capacidades de visión e inteligencia emocional que pueden ampliar mi conocimiento como líder y abrir nuevos caminos hacia el éxito y la felicidad. Cuando veo todo lo que hacen las personas para enriquecer mi vida y la de los demás y el potencial que tienen para crear nuevas ideas y métodos innovadores, se vuelve bastante obvio que las personas ciertamente no son su problema, son la solución.