Las evaluaciones de TTI SI nos ayudan a medir, entender y a dominar los tres componentes de un potente algoritmo que reside en cada uno de nosotros y que guía todo lo que hacemos.
Este modelo mental opera por su cuenta estemos o no consiente de él. Mediante la optimización de su uso, podemos volvernos más efectivos en seleccionar, desarrollar y liderar a otros y a nosotros mismos para crear un desempeño superior. Llamamos a esta elegante y pequeña máquina el Triángulo de la Elección.
Cómo funciona
Mientras navegamos por la vida, absorbemos millones de experiencias, eventos y relaciones para formar un conjunto único de filtros personales, creencias, valores y hábitos de percepción.
Todo lo que recopilamos a través de nuestros sentidos es consciente e inconscientemente filtrado a través de estas impresiones hasta formar nuestras percepciones.
Dado que dos personas no comparten exactamente la misma combinación de experiencias, no perciben el mundo alrededor de ellos y a ellos mismos de la misma manera. Operamos desde esas percepciones, no desde el “mundo real”. Las PERCEPCIONES forman una de las esquinas del Triángulo de la Elección.
Los seres humanos queremos algo desde que nos despertamos en la mañana hasta que nos vamos a dormir por la noche. Si percibimos que tenemos hambre, queremos satisfacer esa hambre. Si percibimos que tenemos frío, queremos encontrar formas de abrigarnos. Lo que QUEREMOS formar la segunda esquina del Triángulo de la Elección.
Estamos constantemente comparando aquello que queremos con aquello que percibimos que tenemos. Este proceso de comparación nunca para. Cuando hay una brecha entre lo que percibimos que tenemos y lo que queremos (una diferencia que sea importante para nosotros), consciente o inconscientemente elegimos un comportamiento para cerrar esa brecha. Los COMPORTAMIENTOS son la tercera esquina del Triángulo de la Elección.
Ningún pensamiento o acción cae fuera de esta pequeña máquina y de su dinámica condición creada por sus tres componentes: percepción, deseos y comportamientos. Se llama el Triángulo de la Elección porque siempre podemos cambiar lo que queremos, cambiar nuestra interpretación de aquello que percibimos y en lo que nos enfocamos, y podemos elegir diferentes comportamientos.
Incluso si estamos solos y encadenamos a una pared en una cueva, podemos elegir diferentes formas de actuar en esa situación. Siempre tenemos estas tres opciones, aunque no siempre elegimos las más efectivas.
Podemos usar este modelo para entendernos a nosotros mismos y a otros, tomar mejores decisiones, y ayudar a otros a elegir un alto rendimiento.
Usando las 5 Ciencias de Sí Mismo (The Science of Self™), los assessments de TTI SI miden los patrones de percepción, los deseos y comportamientos que guían el pensamiento humano y la acción en el Triángulo de la Elección.
1.-El Perfil de Hartman y el índice de Acumen refleja la claridad de nuestras percepciones: Qué tan claramente tendemos a, vemos y entendemos la dimensiones de las personas, tareas y sistemas en el mundo alrededor nuestro y al interior de nosotros mismos. Estas tres dimensiones están condicionadas por nuestras experiencias pasadas, creencias y valores, y son medidas de la precisión de nuestras percepciones y los sesgos que los apoyan o distorcionan.
2.-El Perfil de Motivadores genera una imagen de lo que queremos. Crea una jerarquía que representa nuestras precepciones personales, el nivel de importancia que le damos a cada uno de los 6 motivadores que subyace en todo lo que hacemos.
3.-El Perfil de Comportamientos identifica nuestra preferencias sobre cómo cerramos las brechas entre lo que percibimos que tenemos y lo que queremos, cómo hacemos que las cosas pasen.
4.-Las Competencias DNA y de Hartman miden cómo combinamos estas tres funciones de percepción, deseos y comportamientos, para cerrar las brechas que enfrentamos cada día en nuestras vidas personales y profesionales.
5.-La Inteligencia Emocional (EQ) refleja nuestra inteligencia emocional, nuestra capacidad para manejar emociones que impactan las elecciones que hacemos en los tres componentes del modelo.
Estos cinco elementos (acumen, motivadores, comportamientos, competencias y EQ) se combinan para medir y apoyar nuestra capacidad de aprovechar la capacidad más poderosa que un humano tiene: el poder de la elección o decisión.
Los assessments son ventanas al funcionamiento interno de esta dinámica, sencilla de entender pero compleja, que opera en el interior de cada ser humano.
Mediante el entendimiento de los resultados multidimensionales de TTI SI sobre una persona completa y de la elegante maquinaria de sus pensamientos y acciones, nosotros, quienes tomamos decisiones, podemos hacer mejores elecciones sobre los más difíciles retos que enfrentamos día a día en nuestras organizaciones: la selección, el desarrollo y el liderazgo de personas para crea un desempeño superior.
Escrito por Steve Morris